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El caminaba por la calle, era una noche fría, llevaba una
camisa negra con corbata rojo sangre, pantalones negros y converse para
sentirse cómodo y poder correr en caso de que aparecieran problemas, hacia 2
años su departamento había sido consumido por las llamas en un plan ingeniado
por el y su hermano para mantener a su familia a salvo de su eterno enemigo
Gilgamesh, pero recordaba ese infierno como si hubiera sido ayer, mientras
pensaba en eso fue interrumpido por un grito que salía de un callejón que
estaba alado de su camino, miro dentro y vio a una chica rodeada de 3 sujetos
armados
-Hey- exclamo –¿que creen que hacen?-
uno de los pandilleros volteo y lo miro –meternos en
nuestros propios asuntos, deberías intentarlo, amenos que quieras que este sea
asunto tuyo- levando un revólver- ahora largo, amenos que quieras que tu piel
combine con tu corbata chico bonito-
-lindo revólver-dijo esbozando una sonrisa- pero la próxima
vez no amenaces con un revólver fogueo- de pronto se vio apuntado por los
revólver amartillados de los demás pandilleros -esos por otro lado son de doble
acción-
-largo chico bonito, esto no te incumbe-
-y que tal si no, ¿que es lo peor que puede pasar?-dicho eso
dio un paso adelante y desencadeno una ola de disparos contra el cayendo al
suelo
-valla imbécil-dijo otro de los pandilleros –se lo advirtió
jefe, ahora terminemos el asunto pendiente con esta pu…-
un disparo atravesó el callejón resonando como un cañón
perforándole la cabeza, los pandilleros voltearon al suelo, justo donde el
disparo una pistola semiautomática
-les gusta la llamo Mizumi, y desde que la conseguí me
acompaña siempre, ahora ¿donde estábamos? O si, ustedes iban a empezar a rogar
por sus patéticas vidas-
el se levanto como si nada, los 2 pandilleros restantes
corrieron
-respuesta equivocada- el volteo, apunto con Mizumi a sus
pies y les disparo en el tobillo, cayeron al suelo, voltearon para rogar por
sus vidas, el sonrió
-veamos que dice Mizumi- apunto su pistola al rostro del que
era el líder y disparo matándolo en un instante –je, que hay de ti chico,
¿crees correr con mejor suerte?-apunto y disparo, el pandillero cerro los ojos
“clac“ la pistola había quedado vacía
-lárgate antes de que me arrepienta de perdonarte la vida-
asustado escapo arrastrándose, el miro como se iba, soltó
una carcajada cargando de nuevo su arma, escucho a sus espaldas como
amartillaban un revolver
-¿QUE ERES? PORQUE NO ESTAS MUERTO? VI COMO TE DISPARARON-
volteo y vio a la chica apuntándole con el revolver, ahora
pudo notar que era pelirroja y que no rebasaba de los 17 años
-¿que soy? Es algo que me e preguntado por años, realmente
920 años, si, soy demasiado viejo y mírame, no aparento mas de 22, no soy como
mi primo que si no mal recuerdo era un licántropo, aunque si comparto su apeido
que es Licaon, hace años que no lo veo-
-DEJA DE BURLARTE DE MI, LOS HOMBRES LOBO NO EXISTEN- grito
ella
-ya no quedan muchos que es diferente- el se acerco
tranquilamente y ella le disparo en el rostro, cayendo de espaldas
-le… ¿le atine?- dijo ella nerviosa de lo que pudiera pasar,
el cuerpo yacía inmóvil en el suelo, suspiro de alivio porque ella sabia que no
se levantaría después de tal disparo, pero su alivio duro poco ya que el en
menos de un segundo se levanto, aprisiono el brazo en el que sostenía el
revolver quedando cara a cara y coloco su pistola bajo su el seno izquierdo
apuntando al corazón
-bien eso fue una agresión pelirroja, tienes 5 segundos para
decirme tu nombre y convencerme de no matarte, y llevas 3-
-me… me llamo Helena- respondió la chica pelirroja
-ok Helena, tienes un lindo nombre, dame un motivo valido
para no jalar el gatillo-
de un momento a otro ella lo beso desconcertándolo y le dio
un rodillazo en los testículos tirándolo al suelo dándole el tiempo suficiente
para correr por su vida
-ugh tienes poder de convencimiento Helena pero el rodillazo
no era necesario- exclamo As tirado en el suelo –soporto los disparos y me
levanto como si nada, pero no me puedo levantar de un rodillazo en los testículos,
maldita lógica-
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